Hoy rescatamos la historia de Xiomara, quien ha sido modelo Webcam hace casi dos años. Su historia en la industria empezó en Galarina Estudios y la ha llenado de experiencias, sentimientos y aprendizajes. Encontró en el modelaje una oportunidad para librarse de miedos, inseguridades y privaciones con las que desde pequeña vivió. Esta conversación es un espacio creado para conocer su historia, sus miedos, sus retos y sus victorias. Disfrútenla:
Para empezar, queremos conocerte: ¿Quién es Xiomara?
Bueno, antes que nada, todos me dicen Xiomi. Tengo 20 años e ingresé a la industria Webcam a los 18. Vivo en Chapinero; antes vivía en Soacha. Soy una persona sencilla, delicada y decidida. Desde pequeña me he caracterizado por mi tenacidad. Siempre me gustó la plata, trabajé en muchas cosas antes de encontrar esta labor, de la que me enamoré, me empeciné en hacerlo bien, y de la cual vivo agradecida hasta el día de hoy.
¿Qué hacías antes de trabajar como modelo Webcam?
Hice de todo. Vendí tintos en la calle de noche, en el terminal del Salitre. Hice bolsos; trabajé vendiendo accesorios para el celular. Me encontré muchas veces en situaciones donde se aprovechaban de mi juventud y me robaban. En una época, ahorré dinero de mis trabajos y compré maquillaje para vender. Sacaba una mesita y vendía mi maquillaje en la calle, en Soacha. Vendí maquillaje por 5 meses. No me fue bien, no vendía mucho y después cogí todo el maquillaje para mí; ahora como modelo, lo aprovecho mucho (risas). Desde siempre me gustó el dinero. Tenerlo y ganarlo por mis propios méritos. Sabía que la satisfacción de tener lo que alguna vez me faltó, era lo que motivaba, y aún me motiva.
¿Cómo llegaste al modelaje Webcam, Xiomi?
Escuché del modelaje webcam gracias a mis amigos. Lo que escuchaba de esta industria era que consistía solo en pararse al frente de una cámara, estar ahí y ya… como algo muy sencillo de hacer. Para mí, que he hecho de esta labor mi empleo y forma de ingreso económico, el modelaje webcam está lejos de ser así. Las personas piensan que el modelaje Webcam es fácil, y yo digo que, si hubiese sido fácil, ya me hubiera retirado. Me gustan los retos, y este trabajo, esta labor que amo con todo mi corazón, es el mayor reto de mi vida.
¿Qué tal ese primer día? Cuando te encontraste con la cámara por primera vez…
El primer día de transmisión me ataqué a llorar (risas). Un cuarto lleno de cosas tecnológicas, una pantalla donde me podía ver, con la misión de entretener a unos usuarios lejanos a mí, fue algo impactante. Yo venía de hacer bolsos de 8 a 10 horas al día, y después me encontré en un lugar donde veía pasar a chicas divinas y pensaba que nunca llegaría a hacer lo que ellas hacían. Ese día, recuerdo muy bien, me miré al espejo y me dije a mi misma ‘ya estamos aquí, y si lo vamos a hacer, vamos a hacerlo bien’. El primer día siempre se basa en encontrarse con cosas nuevas, desconocidas y difíciles; pienso que eso es en todo, en cualquier aspecto de la vida, pero nunca había estado tan aturdida como esa noche. Desde ese momento, en el que me vi tan débil, fue que tomé esta labor como un reto que debía cumplir.
Con tu experiencia, a pesar de tu juventud, ¿cómo describirías el modelaje Webcam?
Al comienzo entendía mi labor como algo meramente sexual. No lo veía como algo tan grande, tan serio y como esa oportunidad, que lo es de verdad, para tener un crecimiento económico y personal. Al principio me entendía así, como una más que realizaba entretenimiento para adultos sin ninguna diferencia. Con el tiempo me di cuenta de que mi labor es mucho más que eso. Somos expertas en entretener, en cautivar, en llevar a una persona que vive a miles de kilómetros de ti, a un universo que es tuyo. Después de grandes sacrificios, entendí que a mi me pagan por existir. Me pagan por entretener, por ser yo, por brindar un instante donde quienes me ven, se sientan fuera de su espacio y lleguen al mío. Esto no es nada fácil, pero a pesar de los sacrificios y malos ratos, es mi empleo, y lo amo.
Debe haber algo que no ames del modelaje…
No amo sentirme vulnerable. Estoy expuesta, siempre. Expuesta a críticas, a reclamos, a señalamientos. Me he sentido, muchísimas veces, completamente vulnerable. Muchas veces estoy desnuda, no solo físicamente, sino personalmente, mi intimidad está ahí. Con el tiempo me di cuenta de que esa vulnerabilidad podía usarla a mi favor, que esa inocencia que tenemos todas las mujeres podía ser utilizada como algo para mí, para mi personaje; al final de cuentas, somos personajes, somos actrices y, siguiendo ese lineamiento, nuestra labor se resume en brindar un performance.
Y los sacrificios, ¿valen la pena?
Este trabajo es de años y años de esfuerzo. Todo con lo que te encuentras es duro. Hacer plata un tiempo, es fácil. Mantenerte en un buen ritmo, en un buen estado de plenitud y estabilidad, es de trabajo duro y constante. A mi me encanta el modelaje Webcam, porque mi personalidad me invita a retarme siempre, a mantenerme activa, a sentirme viva. Este trabajo es igual o más difícil que otro trabajo. Estás mostrando todo frente a una cámara. No es la desnudez, o por lo que te piden, es verte a ti, sentirte observada por miles de ojos que analizan cada cosa que haces, y que piden o exigen sin importar si estas triste, cansada, decepcionada; no importa nada más que el tiempo que compartes con tus usuarios. A mi me encanta, pero no todo el mundo puede hacerlo. Para no todo el mundo vale la pena. Después de 2 años, al menos para mí, si lo vale.
¿En qué ha ayudado a Xiomara su carácter decidido y tenaz?
Yo siempre he sentido que soy una viejita atrapada en el cuerpo de una joven (risas). Desde pequeña me hice cargo de mis hermanos, porque los amo y porque era mi deber. Los cuidaba, los llevaba al colegio, les daba de comer. Ellos eran solo un par de años menores que yo, pero mi labor era velar por ellos y brindarles mi apoyo. Me siento una persona fuerte, luchadora, porque solo yo sé por lo que he vivido, y, por ahora, solo yo lo reconozco como la victoria que es.
Me he sentido débil frente al espejo muchas veces, como muchas chicas, y chicos también. Pero todo se resume a lo que nosotros hacemos de esas debilidades. ¿Nos motivamos o renunciamos? Aunque suene duro, solo algunos tienen la respuesta correcta. Yo tengo planeado mi futuro, sé lo que debo hacer y sé también cómo lo haré. Quiero muchas cosas, y estoy decidida a ir por ellas.
Y Galarina Estudios, ¿qué significa para ti?
Este estudio ha sido como mi familia en los últimos años. He encontrado personas que me apoyan, que me guían, que me invitan siempre a ser mejor. Estoy segura de que este estudio será parte de mi historia, y que, gracias a mi labor, y a mi esfuerzo, llegaré a tener y ser lo que siempre he querido. Xiomara antes del modelaje, antes de Galarina Estudios, era una, y después de todo esto, es otra. Y a mi me encanta…